Hace tan solo unas décadas, la fotografía era considerada algo exclusivo para profesionales que dedican su vida a ello viajando por el mundo buscando lugares inhóspitos que pocas personas conocían.
Luego llegó el internet y las primeras redes sociales que nos invitaban a dejar una huella de nuestro legado al mundo subiendo archivos de imágenes, fue así como muchas personas comenzaron a revelar sus fotografías y empezaron a escanearlas para luego subirlas a la red.
Llegó el nuevo milenio con teléfonos con cámara, que aunque tenían una calidad que en la actualidad es considerada bastante humilde, fue un parteaguas en la relación de fotografía con las personas.
El boom de Instagram y la llegada de teléfonos inteligentes con cámaras más avanzadas convirtió prácticamente a cualquiera un fotógrafo que brindaba narrativas de la vida cotidiana de cualquier persona.
Actualmente, pese a que prácticamente todas las personas ya tienen una cámara fotográfica de gran resolución en la palma de sus manos, solo algunos han llegado apasionase tanto por la fotografía que se han hecho de una cámara fotográfica semi profesional o profesional.
Con estas cámaras se empiezan a abrir nuevas posibilidades, así que nos enfocamos en tener la mejor cámara para nuestro propósito, con los sensores adecuados, funcionalidades, lentes y otros aditamentos, listos para salir a descubrir el mundo con un nuevo ojo.
Pero cuando estamos allá afuera, empezamos a notar algunas necesidades como la de ser bastantes pacientes y sobre todo, muchas veces permanecer inmóviles para poder capturar la imagen de ese suceso que es irrepetible.
Empezamos a comprender por qué los profesionales cargan con su tripié no solo para tener un buen estabilizador de imagen, también para no perder el foco del evento que queremos capturar y estamos esperando a que suceda sin cansarnos por sostener una cámara que a veces es muy pesada.
Y es que un buen fotógrafo sabe que no se debe subestimar el factor peso, ni un gramo está de más cuando sostienes una cámara por varios minutos o incluso por horas, aún más si tiene ensamblados lentes extra.
Además de soportar el peso de la cámara y mantenerla fija, el trípode te garantiza una gran calidad de fotografía
La estabilidad lo es todo para poder obtener la imagen más nítida posible. Para quienes nunca han usado un trípode, podrán ver que incluso al diferencia entre mantener la mano lo más quieta posible y un trípode es muy notable.
Ahora, ¿es completamente necesario contar con un trípode antes de lanzarse a la aventura de la fotografía? La verdad es que no, o al menos no es recomendable para un primerizo comprarse el equipo más profesional y caro si al final no sabrá si lo utilizará.
Por eso, hay que tener una idea clara sobre el tipo de fotógrafos que se quiere ser, por ejemplo, si lo necesitas para hacer periodismo o documentación de hechos sociales, lo más seguro es que un trípode interfiera en la forma en la que te desplazas.
Especialmente cuando hay que estar en constante movimiento y desplazándose entre personas, tratando de obtener todos los ángulos posibles de un hecho y prácticamente “cazando” la mejor escena, el movimiento lo es todo, mejor optando por un equipo que tenga las mejores funciones de estabilidad desde el software.
Pero si eres del tipo natural, que lleva consigo una gran lente para poder captar aquel pajarillo en la punta del pino más largo, en definitiva cualquier fracción de milímetro que se mueva la cámara puede hacer una diferencia abismal, es aquí donde se requiere un tripié o trípode con la mayor estabilidad posible.
Pero no siempre se trata de capturar el mejor momento estático, hay fotógrafos de deporte, por ejemplo, que necesitan hacer la mejor captura de aquel jugador que ha anotado y todos se acercan a felicitarle.
Es aquí donde trípodes con una buena capacidad de maniobrabilidad es indispensable, además de contar con manijas que sean adecuadas para nuestro agarre constante, pues la mayoría son pequeñas, compactas y destinadas únicamente para ajustar la posición final, no para usarlo en todo momento siguiendo un objetivo móvil.
Hay incluso trípodes más profesionales que tienen más ángulos de movimiento, cada uno con su respectiva manija ergonómica que permitirá incluso capturar el vuelo de un ave, con movimiento horizontal y vertical simultáneamente.
Si lo que deseas es abrir un estudio fotográfico, también el tripié será un gran aliado, especialmente para aquellos eventos sociales como celebraciones, graduaciones, bodas, o para asuntos más funcionales como tomarse una foto para un documento legal, es indispensable un trípode que también dé el alto.
Así es, los trípodes también cuentan con un desplazamiento vertical para aumentar el nivel de la foto con respecto al piso. Estos los podemos encontrar en cada una de las patas de trípode con pinzas ajustables. Dependiendo del número de pinzas que se observe en las patas, es la cantidad de niveles que se pueden ganar en altura.
En la parte central del trípode, justo debajo donde descansa la cámara, también encontramos un tubo central que es capaz de desplazarse verticalmente para ganar altura extra, algunos pueden alcanzar prácticamente la altura de una persona promedio.
Algunas pruebas que puedes hacer para evaluar un buen trípode
- Ahora que ya tienes en mente qué tipo de estabilidad necesitas (un blanco fijo, siempre lejano, en movimiento, etc.) ha llegado el momento de poner en prueba algunos trípodes que ofrecen las tiendas.
- Aunque muchas veces no podemos probarlo en primera mano, no hay nada como saber qué necesitas para poder leerlo directamente del empaque o las especificaciones en el sitio web donde lo has visto.
- Ángulos máximos, es importantes especialmente si necesitas llegar a poner tu cámara completamente vertical u horizontal.
- La cantidad de peso que puede soportar, especialmente si utilizas lentes adicionales de gran peso, muchos trípodes baratos simplemente no pueden con ellos, haciendo que la cámara se empiece a desplazar por sí sola, incluso rompiéndola.
- No te dejes llevar por la moda vintage como los trípodes de madera carísimos y que valen más por su estética que por su funcionalidad, pues son prácticamente imposibles de llevar a la naturaleza o las calles, aunque son una buena opción para estudios.
- Ten cuidado con los trípodes de plástico baratos que pueden romperse en cualquier momento. Opta por aquellos de carbono que son más ligeros, pero si lo tuyo es el uso rudo, entonces el aluminio será tu mejor opción por su resistencia y durabilidad.
- La altura máxima lo es todo, la recomendación es que la mira esté a escasos centímetros por debajo de tus ojos, algunos pueden llegar a medir 2 metros de altura.
¿Estás buscando la marca y modelo del trípode ideal? ¡No existe! pero aquí van unas recomendaciones
Ahora podrás darte cuenta por qué no encuentras el nombre exacto de ese trípode que lo tiene todo y es el ideal para todo fotógrafo, pues prácticamente las características ideales las establece cada quien de acuerdo a sus necesidades.
Pero sí podemos encontrar marcas que se han destacado por sus excelente productos especialmente en el círculo de élite de los fotógrafos:
Rollei C5I
Ideal para cámaras compactas y ligeras, su material de carbono lo hace resistente pero bastante ligero, así que es ideal para viajes en la naturaleza o con “maleta pequeña”.
Eso sí, cuenta con una movilidad de foco de rótula de tipo bola, así que puede ser un poco difícil tratar de modular el movimiento pero cumple con su función de ser ligera y brindar estabilidad.
Manfrotto MT055XPRO3
Para “las grandes ligas” y si no deseas escatimar en gastos a cambio de una excelente calidad esta es una de las mejores opciones del mercado. Gracias a su peso y robustez es ideal para cámaras con lentes de gran peso.
La estabilidad estará garantizada pues su gran agarre no permitirá que la cámara se empiece a mover por su propio peso, además, su tubo central o columna se puede desplazar 90° para poder tener una gran cantidad de ángulos.
Manfrotto 190XPRO
A comparación de la anterior, es la versión más ligera y compacta que te permite llevarla en el hombro o en algún lugar de tu vehículo sin ocupar demasiado espacio.
Si tienes una cámara que no requiera de lentes demasiado pesados, esta es una buena opción. Prácticamente es el término medio de estas tres opciones si te estás iniciando en el aspecto profesional.