Una nueva publicación en The Royal Society ha fascinado a todos los fervientes seguidores de los osos de agua o tardígrados, ya que se ha anunciado un nuevo fósil que ha sido encontrado en un fragmento de ámbar muy antiguo.
Pero lo impactante de la noticia no es la edad del espécimen, sino que se trata de una especie nunca antes vistas, y como si se tratara de la película de Jurassic Park, están viendo la posibilidad de encontrar ADN en los tejidos fosilizados, tal y como se ha podido recuperar de otras criaturas que datan de hasta 125 millones de años.
Este sería oficialmente el primer espécimen de tardígrado que nos confirma que su existencia data de la era cenozoica, es decir, hace 66 millones de años mejor conocida por el reinado de inmensos mamíferos arcaicos, los últimos ‘dinosaurios’ como el cocodrilo y serpientes enormes, y el reinado de plantas muy antiguas como palmeras y helechos.
Pero esta especie no es el más antiguo, pues ya se han obtenido restos fosilizados de tardígrados que vivieron junto a los dinosaurios en el periodo Cretácico, sin embargo, vendría a poner un punto intermedio en ese vacío del tiempo entre los más antiguos y los más modernos.
Todo lo que se sabe del tardígrado de la era cenozoica recientemente hallado
Según los estudios realizados a los tejidos fosilizados, se encontró que data de hace 16 millones de años, aunque ha perdido un poco su forma, está bastante bien conservada aun manteniendo su forma, donde son visibles sus extremidades e incluso algunas de sus garras.
El Instituto Tecnológico de New Jersey dice que estamos ante uno de los fósiles mejor conservados hasta la fecha dado su antigüedad. Además, no es considerado un antecesor directo de los tardígrados actuales, más bien se trata de una nueva especie.
Bautizado como Paradoryphoribius chronocaribbeus, este nuevo oso polar todavía tiene muchos misterios por resolver, razón por la cual tu taxonomía todavía se debate entre los expertos.
Además, con ayuda de la tecnología se ha podido obtener imágenes muy nítidas de su microestructura, pudiéndose observar su boca, garras, patas y otras texturas de su cuerpo que son tan pequeñas que tendrían el grosor de un fragmento de cabello humano si lo partiéramos en 30 partes.
De momento, Phil Barden, el encargado de la investigación de esta criatura, menciona que el oso de agua estará hospedado en el Museo Americano de Historia Natural, donde estará catalogado de momento como una “especie fantasma” mientras se decide en qué parte del árbol genealógico ubicarlo.
El porqué de la obsesión por conocer los osos de agua y sus orígenes
Este pequeño animalito ha sorprendido a la ciencia desde que se les conoce al ser un auténtico sobreviviente de ambientes tan extremos que posiblemente sería el único sobreviviente en caso de un acontecimiento apocalíptico.
Y es que este milimétrico oso puede vivir a temperaturas cercanas a los 150°C, además de tener la capacidad de preservarse congelado a 0°C y luego reactivar sus funciones vitales cuando las condiciones son ideales.
Hasta hace poco se descubrió que a comparación de otras criaturas vivientes, el ADN del tardígrado no se modifica cuando es expuesto a la radiación y que es capaz de resistir una presión de 6.000 atmósferas, algo impresionante si consideramos que el cuerpo humano solo puede resistir una presión de 21 veces la atmósfera.
Debido a esto, es que la NASA lo ha adoptado como un sujeto de estudio recurrente en sus misiones espaciales donde se dieron cuenta que puede vivir cierto tiempo en el vacío del espacio.
El oso de agua es casi considerado como una criatura casi indestructible, que ha dado vueltas en el espacio y que ha llegado a la superficie Lunar, dándonos pistas bastante increíbles sobre cómo se comportan otros organismos ante los efectos colaterales de un viaje espacial.
Por ahora no tenemos muy en claro cómo podría ayudar estas increíbles capacidades al ser humano, especialmente ante la inminente llegada de la era espacial donde el ser humano comenzará a colonizar la Luna y otros planetas.
Pero la pista está en que nuestro cuerpo humano está constituido naturalmente por microbios que cumplen diversas funciones para mantener el equilibrio de nuestro organismo y mantenernos saludables.