Cuando hablamos de la batería de los móviles, no podemos evitar acordarnos de los primeros móviles. Sin duda, Nokia fue uno de los líderes en la fabricación de los primeros teléfonos móviles. Hoy en día todavía se habla de manera humorística sobre estos móviles. Que aparte de tener una alta resistencia a los golpes, también poseían unas baterías realmente excelentes.
Las baterías de estos teléfonos podían durar días, e incluso, semanas. Una buena carga de la batería compensaba un servicio muy óptimo. Aunque claro, por entonces estos teléfonos no poseían una pantalla demasiado grande, no incluían aplicaciones y ni siquiera contaban con un procesador.
Eran dispositivos utilizados de manera exclusiva para realizar llamadas y recibir mensajes de texto. Pero cuando llegó la era de los teléfonos móviles inteligentes, mejor conocidos como smartphones, la historia de las baterías de estos equipos se transformó por completo.
Alargar la duración de las baterías
Ahora, el reto de estas baterías era poder durar un poco más de uno o dos días como máximo. El usuario de un smartphone en el año 2007, tenía que mantener su móvil enchufado a su ordenador o a un enchufe casi a diario. Una tradición que se conserva hasta el día de hoy.
Y es que no solamente se trata de que los móviles de nuestra era actual tengan que enfrentarse a pantallas mucho más amplias y más coloridas, sino que también entra en juego la calidad del procesador y el rendimiento de las aplicaciones que se mantienen activas durante el día.
Ahora bien, de acuerdo a estudios recientes, la historia de las baterías para teléfonos celulares no sufrirá por el momento un fuerte avance. Estamos acostumbrados a que las tecnologías tengan un crecimiento exponencial. Sin embargo, en materia de baterías, se estima que su desarrollo se mantendrá durante mucho tiempo de manera lineal.
Los estudios científicos están en su fase límite
De acuerdo Venkat Srinivasan, quien está a cargo del Centro Colaborativo Argonne para la Ciencia del Almacenamiento de Energía, los avances alcanzados hasta ahora representan el máximo nivel alcanzable. Es decir, por lo pronto, no se puede innovar ni tratar de superar los límites.
Lo que ocurre es que ya se ha probado todo lo posible, hasta descubrir que en caso de seguir intensificando los esfuerzos, los resultados serían los mismos que se produjeron con el Samsung Galaxy Note 7. ¿Explotar? Sí, las baterías estarían en mayor riesgo de explotar.
En materia de tecnología y prestaciones es fácil innovar. Los móviles de hoy en día representan una versión de ordenadores pequeños, donde simplemente se juega con el potencial de un procesador, el rendimiento de una cámara y la calidad gráfica de una pantalla.
Explotar o no explotar
Pero cuando se acude al suministro de la energía, las baterías ofrecen un rendimiento limitado de acuerdo a la investigación y desarrollo actual. Se sabe que para que una batería tenga una mayor densidad de energía, resulta necesario reducir la distancia entre el ánodo del cátodo, los cuales se ubican dentro de las mismas celdas que componen a la batería.
Cuando se intenta disminuir esa distancia, aumenta el riesgo de explosión. ¿Por qué? Porque se necesita de un nivel de precisión muy exacto para recortar la distancia entre el ánodo y el cátodo.
Si no se cumple esa condición, la batería tienden a sobrecalentarse y de ahí se desprende la reacción química que desata la explosión.
¿Se pueden optimizar más las baterías de litio?
Las baterías de iones de litio del momento, no pueden ser optimizadas a un nuevo nivel con los recursos y conocimientos de los que disponeos actualmente. Y por lo pronto, son las baterías de litio las más eficientes para nuestros equipos móviles, ya sea uno que tenga un valor de 1.000 o 3.000 dólares.
Lo que los científicos sugieren es realizar un salto de las tecnologías actuales en materia del litio a otras fuentes de energía. Pero por lo mismo, ese es un campo en el que aún se está trabajando. Por lo pronto, la evolución y rendimiento de las baterías actuales se mantendrá por unos cuantos años.