La capa de ozono se formó hace 460 millones de años. Gracias a la unión del oxígeno con la radiación solar apareció la capa que cubre todo el globo terráqueo. Poco después de su creación, tardó alrededor de 120 años tener el grosor suficiente para detener los rayos del sol y permitir que la vida en la tierra empezase.
Es importante tener en cuenta estos datos para saber la importancia de mantener la capa de ozono en buen estado.
Hay esperanza de reparar los daños en la capa de ozono
Desde que los avances tecnológicos empezaron a mejorar el estilo de vida de los seres humanos, al mismo tiempo se iban convirtiendo en la principal causa del cambio climático. Al comienzo no nos dimos cuenta, pero con el paso de los años los ecosistemas se empezaron a ver dañados por culpa de la emisión de una gran cantidad de gases de efecto invernadero que fueron penetrando poco a poco la capa de ozono.
Este deterioro de la capa de ozono fue una de las primeras consecuencias que trajo la contaminación ambiental. Esto trajo el calentamiento del océano y la alteración de los ecosistemas salvajes. No obstante, el final del siglo pasado y el comienzo del siglo XXI han estado marcados, en parte, por una creciente determinación en conseguir una solución eficaz para este problema que nos atañe a todos por igual.
Una de las primeras medidas que sugirieron los expertos en el tema fue prohibir la producción de materia prima que tuviera como ingredientes componentes químicos como el clorofluorocarbono, CFC y otros. Solo con esta restricción se logró recurar un 20% de la capa de ozono desde el año 2005, los datos son muy exactos, ya que la NASA destinó un satélite para la vigilancia de este manto invisible.
Los investigadores se sienten más optimistas sobre la reparación de la capa de ozono
Los científicos apuestan porque se sigan disminuyendo los niveles de cloro en el mar y en el aire. Ya que como consecuencia ayuda a que la capa de ozono no se siga desgastando. Parte de esta afirmación surgió después de que realizaron estudios exactos dentro del agujero de la capa, una vez que estudiaron la composición química del mismo pudieron comprobar que este se reducía gracias a la eliminación del CFC en las fábricas.
Parte de la premura que existe por reparar el agujero dentro de la capa de ozono se debe a que entre más grande sea el tamaño de este, más expuesta está la Antártida. Los estudios realizados desde el 2005 al 2016 dieron como resultados los datos que comprobaban lo que sospechaban: entre menos cloro haya en el ambiente mayores probabilidades hay de que la apertura se cierre más rápidamente.
Otro descubrimiento importante que se puede rescatar es el hecho de que el cloro al ser destruido tiende a reaccionar con el metano, de esta manera se convierte en un ácido clorhídrico que es un gas que permite ser estudiado. De esta manera es como consiguieron dar con la causa del deterioro de la capa de ozono.