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TECNOLOGIA

Los barcos cargueros deberán ser más grandes en el futuro, pero eso traerá estas consecuencias

La pandemia por el COVID-19 trajo estragos de más de un tipo, no solamente trayendo crisis sanitarias y económicas, también en la forma en que nos suministramos de productos importados de muchos países.

Debido a la cuarentena y cierre de muchas tiendas, algunas de ellas temporalmente y otras permanentemente, es que prácticamente todo el mundo se vio en la necesidad de pasarse a recursos online para poder abastecerse.

Fue así como la impresionante e inesperada sobredemanda de artículos disponibles en otros países, pronto rompió con el frágil balance que apenas y se tenía en cuestiones de transporte de productos desde el extranjero, en su mayoría realizadas por buques de carga.

Cuando uno de los años más difíciles para el mundo por la pandemia, 2021, cerraba con el deseo de olvidarse de muertes y desolación con la llegada de la navidad, nos enteramos de que muchos regalos no iban a poder llegar a los hogares debido a una crisis de contenedores.

Se estimaba que entre los productos que posiblemente no podrían llegar a tiempo para navidad eran juguetes, artículos navideños y licores. Y es que 2022 ya estaba pintando a ser un mejor año antes de empezar, reactivando de repente todo el tránsito de exportaciones e importaciones.

En consecuencia, el sector de transportes por buques de carga comenzó a colapsar, ya no había contenedores disponibles para realizar su viaje. De hecho, muchos contenedores ya llevaban meses esperando su turno en tierra.

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Esto causó grandes pérdidas principalmente en el transporte de productos perecederos, quienes pagaban más por el transporte lograba salir a flote, mientras el resto se quedaba en tierra hasta nuevo aviso, causando toda una conmoción en el mercado.

 

La pandemia finalmente permite respirar al mundo, pero hay consecuencias que llegaron para quedarse

 

El regreso a las oficinas y aulas escolares, la reactivación de negocios locales y cadenas internacionales, incluso el sector turístico inició sus actividades pese a la llegada de una nueva variante del virus, afortunadamente más inofensiva gracias a inmunización en pasas de la población mundial.

Sin embargo, nada volvió a ser como antes, y eso lo vemos con empresas adoptando ya los modelos de trabajo híbrido oficina y trabajo desde casa, los alumnos en escuelas están aún regresando de forma gradual y los negocios ya se adaptaron a las ventas nacionales e internacionales cuando antes eran meramente locales.

Esto significa que la alta demanda de productos desde el extranjero está lejos de menguar, transportándose en gran cantidad artículos electrónicos para poder trabajar o estudiar desde casa. Y una población que ya se ha habituado a comprar en línea, difícilmente dejarán esta gran comodidad.

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Y aunque la crisis de contenedores ya se ha podido resolver en cierta medida, está más que claro que más y más buques deberán estar en el mar ahora en adelante, y eso se reflejó cuando nos enteramos que un informe de VesselsValue reflejó un proyecto de construcción de 1.286 buques de carga en todo el mundo.

A comparación del año anterior, 2020, la demanda de construcción de buques aumentó en casi 33%, incluso con un aumento de costes de construcción en un 114% debido a la gran demanda principalmente en Japón, Corea del Sur y China.

 

Primer trimestre del 2022 arranca con puertos llenos de contenedores que no pueden llegar a su destino

 

Pese haber aprendido mucho sobre la última crisis de contenedores y miles de nuevos buques ya en el mar transportando incansablemente, los puertos vuelven a llenarse de contenedores con peligro de causar una nueva crisis de suministro a nivel mundial.

Lejos de solucionarse el problema de abastecimiento, vuelve a caer en un bache más profundo este marzo de 2022 gracias a los eventos más catastróficos del momento: El nuevo confinamiento en China y la invasión de Rusia sobre Ucrania.

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Solo hay que recordar que gran parte de los productos que se adquieren a nivel mundial provienen de China, y Rusia al ser el tercer mayor proveedor de petróleo en el mundo, ha hecho que al menos una quinta parte de la flota de buques en el mundo haya quedado varado en los puertos más reconocidos, según menciona el Royal Bank of Canada.

Por su parte, China ha mantenido ya mucho tiempo a 344 buques en el mar de Shanghái, esperando un lugar para poder atracar y empezar a cargar todos aquellos contenedores en interminable espera.

El tiempo de transporte también se ha ralentizado, ahora un buque tarda más de 74 días en llegar a Estados Unidos desde los almacenes de China, retrasando aún más la espera de los contenedores que se apilan en grandes cantidades en los puertos.

Las autoridades Europeas también han reportado retrasos de cuatro días en promedio de los buques que llegan de China a comparación de tiempo pre-pandemia. En consecuencia, los contenedores no pueden ser liberados a tiempo de regreso, causando una nueva crisis de contenedores Europeos con destino a Estados Unidos.

Michael Tran, y Jack Evans, del Royal Bank of Canada, mencionan que la congestión de los puertos en el mundo está lejos de terminar, al contrario, cada día empeoran y la solución no parece estar a la vista aún.

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Pero por ahora solo se puede controlar la logística lo mejor posible, tratando de que tanto buques como contenedores estén disponibles en el momento y lugar adecuado para evitar que tengan que zarpar con contenedores por debajo de su máxima capacidad cuando hay muchos otros contenedores esperando en tierra desde hace meses.

 

Buques cada vez más grandes es parte de las soluciones para satisfacer el volumen de demanda

 

Gran parte de los buques que se están construyendo para aliviar la crisis de transporte es la de diseñar buques cada vez más grandes que permitan transportar más con menos vueltas y por lo tanto abaratar también costes  de importación y exportación.

Pero Marc Levinson, reconocido economista independiente, ha notado algo que el mercado parece no tomar en cuenta, y es que con tal de subsanar el tráfico de transporte, no pusieron atención o decidieron sacrificar el factor de los desafíos que se encontrarán al estar a la merced de la naturaleza.

Esta tendencia a hacer más grandes los buques no es nada nueva, de hecho se empezaron a reportar alrededor de 1980, logrando en la década de los noventa estirar un 36% más de su tamaño. Para la llegada del nuevo milenio, estos buques ya podían transportar 15.000 contenedores.

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En pleno 2022, la empresa Alphaliner ya se hacía de 133 buques de los más grandes disponibles actualmente, con capacidad de cargar entre 18 y 24 mil contenedores, lo que también vino a aflojar la soga de los costes de transporte que ya se encontraban a la alza.

Sin embargo y como ya lo veníamos diciendo antes, la demanda de transporte continuará en aumento a nivel mundial, haciendo que esta y otras maniobras realizadas para salir del problema, prácticamente pierdan su efecto inmediatamente.

Esto impactará también en la infraestructura de los puertos, pues llegará un momento donde estos espacios  difícilmente podrán albergar a más de un buque con 400 metros de largo. Muchos de los puertos más importantes deberán invertir en nueva infraestructura como el caso del gran  Canal de Panamá donde se inyectó una inversión de 5 mil millones de dólares.

Otros puertos menores también están en vistas de buscar captar un mayor tráfico, lanzando proyectos de reestructuración y apertura de puertos en Miami, Baltimore, Virginia, entre otros. Y desde luego España no se queda tras con el Puerto de Algeciras que ya proyecto una expansión de infraestructura de 3,5 metros para permitir a buques más grandes con una capacidad de 24.000 contenedores.

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Cartagena también pretende robarle 58 hectáreas al mar, mientras que Portugal ya planea poner en marcha una serie de inversiones para también poder acoger a buques de carga de cada vez mayor capacidad y tamaño.

Sin embargo, las consecuencias de estos titánicos buques aún no se conocen del todo, por eso fue toda una conmoción el caso de Ever Given en marzo de 2021, donde sus 400 metros de largo se quedaron atascados en el estrecho Canal de Suez.

Este importantísimo canal de tráfico mundial se quedó completamente bloqueado por el buque que presuntamente había sido empujado por el viento, dejando a cerca de 400 buques también atascados.

El impacto económico que eso causó que se valoró en 9 mil 600 millones de dólares al día, fue un duro golpe que dejó en evidencia que traer buques cada vez más grandes posiblemente no sea la mejor idea después de todo.