El mar es uno de los escenarios más bonitos que podemos visitar. Un lugar de muchas actividades recreativas donde podemos disfrutar de la inmensidad de la naturaleza. El solo goce de sus aguas, refresca nuestra energía y hasta nos hace olvidar por completo el fenómeno del cambio climático.
Sin embargo, de acuerdo a investigaciones recientes, la ecología del mar está siendo afectada considerablemente por la intervención del ser humano. Y en este caso no hablamos no sólo hablamos del problema que suponen los desechos plásticos y otros contaminantes, si no también de la propia alteración de la naturaleza.
El concepto de las plagas y especies invasoras siempre ofrece una sensación apocalíptica. En el Antiguo Testamento, se habla de la invasión de peste sobre el ganado, en los tiempos del Moisés.
Algunos ejemplos recientes de plagas menos tenaces fueron la invasión del cangrejo americano en la Península Ibérica o la sobre población del mejillón de cebra.
La migración de fauna y flora de puerto en puerto
Pero, el fenómeno que ataca al mar en nuestros tiempos, se destaca por ser bastante minúsculo.
De acuerdo a una investigación de ecología por parte del Departamento de Zoología de la Universidad de Sevilla, en conjunto con la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cadiz, se trata de un fenómeno que se debe a las mismas embarcaciones recreativas.
En esta investigación, que también contó con la participación de la Universidad de Pavía, las embarcaciones como yates o catamaranes se han convertido en el medio de transporte de diversos crustáceos. De manera que cada vez que una embarcación de mar sale de un puerto a otro, se convierte en un traficante de estas especies.
En el análisis llevado por estas instituciones, se comprobó que estos crustáceos y organismos, que representan toda una flora y fauna, logran establecerse en zonas como las hélices, los casos de los barcos y otras estructuras de los puertos como las cuerdas o boyas.
Alrededor del 50% de las embarcaciones transportan especies invasoras
En palabras de Gemma Martinez, una de las investigadoras de este problema que afronta el mar, se calculó que más del 50% de las embarcaciones recreativas se convertían en medios de transporte para estas especies invasoras. Un fenómeno que fue analizado en toda la zona del Mediterráneo.
Esta investigación develó además que se trata de un fenómeno fuerte, de discreto pero bastante impacto como lo representaría el impacto del cambio climático. Y es que en este estudio, se realizó una fuerte investigación en los propietarios de embarcaciones, teniendo en cuenta las rutas de viaje y el tipo de limpieza que le otorgan a su embarcación.
Se pudo constatar así que solo el 29% tenía una cierta claridad sobre el riesgo que suponía para la ecología y biodiversidad que representa el mar, la migración de estas especies biológicas. Este estudio fue publicado en la revista científica Marine Pollution Bulletin.
El asunto de fondo sobre esta investigación no es que los viajes de las embarcaciones deban prohibirse, sino que se debe tener mejores hábitos de aseo para las embarcaciones y reducir la migración de las especies.